¿Qué son las costas?
La condena en costas es un mecanismo procesal por el cual la parte que pierde el juicio debe resarcir a la otra parte los honorarios de los profesionales que la han asistido en el proceso.
La condena en costas en el procedimiento laboral
En el procedimiento laboral, en primera instancia, no se te impondrán costas como trabajador. Esta práctica ha quedado confirmada por la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de febrero de 2018, que señala que “tan solo el litigante que ostenta la condición de empresario es susceptible de la condena en relación al pago de honorarios”.
Pese a que en principio sí sería posible la condena en costas a la empresa en la primera instancia procesal, es poco frecuente.
Sí resulta más habitual la condena en costas a la empresa en la fase de ejecución, es decir, cuando habiendo una sentencia condenatoria, no abona la indemnización que corresponde al trabajador, con lo que es necesario reclamar judicialmente la ejecución de la sentencia para el cobro de la indemnización por despido.
Igualmente, en la fase de recurso, tanto la empresa como el trabajador podrían ser condenados en costas si se desestima su recurso, tanto en suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia como el de casación ante el Tribunal Supremo.
Multa por temeridad procesal
No debes confundir la imposición de la condena en costas con la de una multa por temeridad procesal, que se regula en el artículo 97 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, que establece la posibilidad de imponer una sanción al litigante que obró de mala fe o con temeridad. Por ejemplo, en el caso de un trabajador que afirma haber prestado servicios para una empresa, demostrándose posteriormente que es falso.